Geografía

 

 

La palabra “LIBANO”, según algunos historiadores antiguos y modernos, significa “la montaña de los perfumes”, con referencia al árbol llamado “Luban” o “Lubna” que se encuentra en abundancia en el Líbano y exhala un perfume delicioso.

Según otros historiadores, el “Líbano” es el nombre de un héroe divinizado. Otros historiadores también dicen que “Líbano” significa “la montaña blanca”.

Este tercer sentido parece el mas acertado, porque se refiere a las altas montañas cubiertas de nieve durante la mayor parte del año. En esto se distingue el Líbano entre todos los países del Oriente Próximo.

La palabra “Líbano” indicando una entidad geográfica, aparece en los más antiguos textos e inscripciones sumericas y asiro-babilonicas muy antiguas. Entre las más antiguas conviene citar la Epopeya de Guilgamech, del siglo XIX A.C. en la cual narra el poeta épico sumérico el viaje de dos héroes, Guilgamech y Ankido, a la “floresta del Cedro del Líbano”. Otra inscripción en caracteres cuneiformes es del rey Asirio Chamchi Adad I (1816-1783 a.C.).

La traducción del texto cuneiforme es la siguiente: “establecí mi famoso nombre y mi obelisco en la tierra del Líbano, en la costa del Gran Mar”.

Varios textos de Ugarit (Siglo XIV y XIII a.C.) y otros jeroglíficos egipcios hablan también del Líbano. El faraón Snefru, fundador de la IV. dinastía (unos 2650 años a.C.), relata el viaje que hizo al Líbano de donde volvió a su país con cuarenta barcos cargados con troncos de cedro.

El nombre “Líbano” data pues del II. milenio a.C. y es casi contemporáneo del de Canaan. Por consiguiente supera en antigüedad a los de Fenicia, Siria, Palestina, Mesopotamia, Anatolia y Egipto que son nombres de origen extranjero, griegos o helenizados en su mayoría, y de época relativamente reciente.

Jawad Boulos, hablando de la perennidad del nombre “Líbano”, dice : “Designando la misma entidad montañosa es el único (nombre) que ha atravesado los milenios y persistido hasta nuestros días, en tanto que los de Canaan, Fenicia, Aram, Judea, Babilonia, Asiria, etc. han desaparecido en el curso de las edades”.

Entre todos los textos antiguos los más conocidos, elogiosos y bonitos que mencionan al Líbano y sus cedros milenarios: La BIBLIA, donde podemos encontrar cerca de 75 citas. Conviene mencionar algunas.

El libro de los Jueces habla de los pueblos que habitan el Líbano y de la extensión natural de este país : “... los cananeos, los sidonios y los hititas que vivían en el monte Líbano, desde la montaña de Baal Hermón hasta la entrada de Hamat” (Jueces, 3,3).

Moisés del fondo del corazón ha hecho un gran pedido a Dios: “Déjame, por favor, pasar y ver la tierra buena de allende el Jordán, esa buena montaña y el Líbano”. (Deut. 3,25).

El árbol más apreciado es el cedro del Líbano : “Tú, que te asentabas en el Líbano, que anidabas en los cedros ...” (Jeremías, 22,23).
“Florece el justo como la palmera, crece como un cedro del Líbano” (Salmos 92,13).
“Como cedro me he elevado en el Líbano, como ciprés en el monte del Hermón” (Ecl. 24,13).

El Cantar de los Cantares es el libro bíblico que elogia admirablemente la belleza del Líbano.

Esa belleza inspiró al rey Salomon para cantar su galantería mística a la Dulcinea bíblica : “Ven del Líbano, novia mía, ven del Líbano”(4,8). “y la fragancia de tus vestidos, como la fragancia del Líbano” (4,11). “Fuente de los huertos, pozo de aguas vivas, corrientes que del Líbano fluyen !”(4,15). “Su porte es como el Líbano, esbelto cual los cedros”(5,15).

El profeta Isaías, en su discurso sobre la felicidad de los tiempos mesiánicos, habla de la gloria del Líbano : “La gloria del Líbano le ha sido dada, el esplendor del Carmelo y del Sarón”(35,2).

Estos textos y muchos otros señalaban el Líbano como entidad geográfica y realidad histórica secular.

El historiador Jawad Boulos explica esa realidad así : “Anterior al nacimiento de la noción de minorías étnicas y religiosas, el Líbano, entidad geográfica y realidad histórica, es mucho mas antiguo que los agrupamientos confesionales que habitan en él hoy, y él sobrevivirá a la disolución de todos ellos”.

El mismo autor concluye : “Los fundamentos del Líbano contemporáneo son tan reales como aquellos de otros Estados normalmente constituidos.

Ese país minúsculo, que desafió a los siglos y a las tempestades, es una realidad geográfica e histórica, una entidad natural, una creación antigua y continua de la geografía y de la etnografía de la historia”.

El Líbano no tuvo siempre las mismas dimensiones. Aumentaba o disminuía según las épocas y las influencias de las superpotencias del Oriente.

El mismo llego a la mas grande superficie en el Siglo VII, época de los Maradas, apoyados por Bizancio y, nueve siglos más tarde, en la época del Emir Fajreddin II(1598-1635).

Comentando la muerte de este famoso emir, J. P. Alam escribió : “las fronteras administrativas del estado que había fundado se apagaron del mapa. Mas el Líbano, desde aquel momento, no paró nunca de ser una realidad viviente”.

El Líbano actual, mitad costa y mitad montaña.

A su localización en el continente asiático, entre los grados 33 y 35 de latitud Norte y entre 33 y 34 de longitud Este, le da un clima bastante templado, con veranos de tres meses completos e inviernos suaves en el litoral y rigurosos, con mucha nieve, en la montaña.

Durante la primavera es posible en el mismo día esquiar en la alta montaña y nadar en las aguas tibias del Mediterráneo.

Ese pequeño país del Oriente Próximo está limitado al Norte y al Este por la Siria, al Sur por la Palestina, al Oeste por el mar en toda su extensión.

Su territorio forma un rectángulo irregular, más o menos cuatro veces más largo que ancho (217 Km. x 50 Km.).

Cuatro regiones definidas dividen la singular geografía del país de los Cedros milenarios en cuatro fajas paralelas entre sí y el mar :

La primera región, la planicie costera, se extiende a lo largo del Mediterráneo Oriental, de Akkar al Norte hasta Nakura al Sur.

Varios puertos se encuentran en esta extensión en las principales ciudades marítimas. El mar ha sido un camino ondulante para todas las partes del mundo.

La segunda región, espina dorsal y centro geográfico del país, está formada por la cadena montañosa del Monte Líbano, poblado de aldeas y burgos laboriosos y orgullosos de su tradición y de su historia.

Esa cordillera occidental extiéndese del norte al sur, con una anchura que varía entre 56 Km. en el norte y 10 Km. aproximadamente en el sur y una altitud que varía entre 500 y 3090 mts.

Sus principales elevaciones son Kornet es-Sauda (3090 mts.), la cima más elevada del Oriente Próximo y donde la nieve es casi permanente, Dahr al-Kadib (3000 mts), en cuyo regazo sobreviven los famosos cedros del Líbano, Fam Al-Mizab (2995 mts), Yabal Akkar (2200 mts), todos en el norte ; Yabal Sannin (2600 mts) y Yabal Al Knaise (2090 mts), ambos en la parte central ; Yabal Niha (1820 mts), Yabal Rihan (1640 mts) y Yabal Amel (760 mts), todos en el sur.

Ciertos valles de esa cadena, especialmente en el norte, son auténticos desfiladeros. El más famoso históricamente y ligado a la historia de la Iglesia Maronita es el Wadi Kadisha (Valle Santo).

La tercera región geográfica del Líbano es un planalto llamado Bekaa cuya altura media es de 900 mts aproximadamente, situado entre el Monte Líbano y el Anti-Libano.

Su anchura es de 8 a 12 km. y en él se encuentran los grandes centros agrícolas de Zahle, Chtaura, Qab Elias, Baalbek. La Bekaa fue llamada el granero del Imperio Romano. Es una planicie muy fértil, irrigada por los dos mas grandes ríos del Líbano, Al-Assi y Al-Litani.

La cuarta región llamada Anti-Líbano o Cordillera Oriental es paralela al Monte Líbano y tiene casi la misma extensión, pero una elevación menor. Las cimas del Anti-Líbano son también mas redondeadas que las del Monte Líbano y su cordillera es menos favorecida por la irrigación y menos habitada.

El punto culminante es el monte Hermón o Al Shaikh, con 2800 mts de altitud. Las otras cimas importantes son : Yabal Zemrani (2360 mts), Kalaat Mussa (2610 mts), Yabal Mzar (1630 mts). Del flanco del Anti-Líbano nace el río Hasbani que corre hacia el sur y forma, con otros riachuelos, el río Jordán.

El clima del Líbano se distingue por la existencia de cuatro estaciones, nítidamente definidas y distintas.

El Líbano tiene, por razón de su conformación tipográfica, numerosos ríos pequeños, algunos de ellos ostentan nombres de evocación mitológica o histórica como Nahr Adonis o Ibrahim, El Litani (Leontes), El Assy (antiguo Orontes), Nahr El Kalb (Río del perro).

Todos los conquistadores que pasaron por el litoral libanés pararon en Nahr El-Kalb para registrar sus nombres o sus hazañas en el registro de la roca formado admirablemente por la naturaleza en su orilla. He aquí algunos vestigios y firmas :

* Estela de Asarhaddon, rey asirio en la época de su guerra contra Egipto, en el año 671 A.C. ;
* Inscripción de Nabucodonosor II, rey de Babilonio narrando su expedición al Líbano ;
* Estelas asirias, reyes con la cabeza ornada por una preciosa tiara ;
* Estela egipcia mostrando al Faraón Ramses II sacrificando un enemigo delante del dios Harmajis
* Inscripciones griegas ;
* Vestigios simbolizando los trabajos realizados en la época del emperador romano Marco Aurelio ;
* Inscripción árabe del sultán Seif El Din Barkouk ;
* Inscripción de Napoleón III emperador de Francia.

Egipcios, asirios, babilonios, persas, griegos, seleucidas, romanos, bizantinos, turcos, franceses, ¡que desfile de fantasmas definiendo toda la historia del mundo y de sus civilizaciones!

Según una determinación del destino, el Líbano, este pequeño país del Oriente Próximo, cuya superficie actual llega a 10.452 km2, goza de una situación geográfica importante, por ser un punto de encuentro de tres continentes y porque está situado en el centro de las principales posiciones eminentemente privilegiadas, tiene, en contrapartida, el problema de ser siempre codiciado por diferentes potencias.

Oriental por su localización, el Líbano es Mediterráneo por su clima, sus productos, el espíritu y el carácter de sus habitantes. La razón de ser de esta realidad es su configuración especial que lo orienta hacia el mar. Su expansión económica, comercial y demográfica fue siempre orientada hacia el Occidente mediterráneo del cual él pobló la parte africana e hispánica, en las épocas antiguas, y se orientó más hacia las Américas en los tiempos modernos y contemporáneos.

Esta sociedad liberal y esa civilización cosmopolita y abierta, causadas por su localización marítima y su actividad comercial, hicieron del Líbano, antiguo y moderno, un país de iniciativa y de libertad individual, una escuela de navegantes, de emigrantes, de comerciantes. Esas actividades diversificadas hicieron del Líbano, desde los tiempos antiguos, un país de tránsito internacional, una región hospitalaria y acogedora.

 

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